Spiral Vortex y su nuevo disco: "Es un estado mental de apertura, una síntesis reflexiva"
ROCK. Los hermanos Aylwin presentan su último trabajo y confían en que Chile volverá a ser una potencia musical.
Amelia Carvallo
"Campo abierto" es ya la quinta placa de Spiral Vortex y su lanzamiento fue en la capital, en medio de la gran tormenta de agosto. La banda de rock se apresta a tocar ese mismo show en el Fluvial de Valdivia y repetirlo en Maitencillo, Pichilemu, Pucón y Viña del Mar en la temporada estival.
Spiral Vortex se empezó a fraguar en 2010 por la pasión y el amor por la música de los hermanos Aylwin, Maximiliano (bajo) y Sebastián (voz y guitarra), quienes crecieron en el valle del Maipo, en Huelquén, muy cerca de Buin. Su primer disco, "Maia", data de 2012 y su último trabajo era "Prisma" de 2020. Actualmente a los hermanos Aylwin se les suma Ismael Miranda en los sintetizadores y Nicolás Colombres en la batería. "En los inicios no había más pretensiones que solo tocar y aprender de la música", cuenta Maximiliano.
-¿Hay alguna historia tras el nombre de la banda?
-En esos años estábamos bien influenciados por la escena rave de música electrónica. donde los nombres eran relacionados a cosas por el estilo. El símbolo del espiral es un patrón que se repite en toda la naturaleza y el cosmos, quisimos hacerle honor a lo que sentíamos en ese momento de vida y de experimentación trascendental. El poder de las melodías era como un vórtice de energía musical.
-¿Cuáles son las influencias musicales que se atreven a confesar?
-Los clásicos: Pink Floyd o Led Zepellin, Red Hot, Blonde Red Head y Mars Volta. Spinetta, Charly García y Cerati también fueron de las influencias principales en esos primeros años.
-¿Ven algún hilo conductor en el trayecto musical que emprendieron hace ya diez años?
-La verdad ha sido un camino hermoso, con cada disco hemos crecido mucho como banda, sobre todo en "Prisma" y "Campo Abierto". El hilo conductor es el mismo de los inicios, una fuerza misteriosa que nos impulsa a seguir. Cada momento y álbum tiene que ver con el otro, es como una escalera o un espiral que nos lleva hacia donde queremos ir.
-¿Qué significa para ustedes la expresión "Campo Abierto"?
-Es el concepto general del disco, un estado mental y espiritual de apertura y visión. Una síntesis reflexiva de todo el trayecto que quisimos dejar plasmada, el valor por la naturaleza y la libertad que te da un ambiente fuera de la ciudad. Estamos muy contentos de que hasta la fecha se ha escuchado mucho, y logró llegar donde lo imaginamos.
Colaboraciones
En el disco hay una canción que se llama "Zodiac" en la cual participa la argentina Natalia Spiner y también está su compatriota Benito Cerati en el track llamado "Existencial". "Sebastián escuchaba y conocía por Spotify a Natalia y, en el contexto de buscar algo nuevo para el disco, buscamos colaboraciones. Natalia tenía un timbre de voz similar y ciertas similitudes sonoras, la contactamos, le ofrecimos y quiso formar parte de 'Zodiac', le gustó el concepto y creo que lo hizo muy bien, es uno de los temas más escuchados. Siendo que tiene una métrica distinta al pop, quedamos muy conformes", cuenta Maximiliano.
-¿Cómo surgió la colaboración con Benito Cerati?
-Llegamos a Benito a través de su mamá, Cecilia Amenábar, a quien un día conocí por un amigo DJ. Primero le propuse a ella a ver si le tincaba y luego de unos días me dio el contacto de su hijo. Benito fue muy buena onda y le interesó el proyecto, elegimos ese tema como primer single porque queríamos resaltarlo dentro del disco, es bien pop y también queríamos abrir público en Argentina. La letra la escribió Sebastián, pero Benito aportó mucho con la melodía, y sus juegos vocales tienen una performance de muy alto nivel
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-¿Cómo ven la escena musical chilena y cómo se visualizan para los próximos años?
-La escena musical está super bien, hay mucha creatividad en todos los estilos, el gran problema es la falta de oportunidades y contar con buenos locales para tocar aunque sea de forma semiprofesional. Cuesta mucho trabajo hacerse un nombre y que puedan pagar como corresponde. En general los tratos son súper malos, pero uno la hace igual, y luego de la constancia puedes ver los frutos. Nosotros viniendo desde el underground hemos logrado tocar en los mejores festivales y escenarios de Chile. Pero falta un hilo conductor y que a nivel de la autoridad se puedan generar más espacios y recursos para el arte en este país. Aunque no todo es malo, hay muchos agentes y gente que está trabajando de forma independiente para poder volver a la senda y que Chile se logre transformar en una potencia de la música a nivel latinoamericano.