Educación para todos los niveles
Durante los últimos años la discusión de la educación ha sido casi circunscrita a la educación superior y muy poco a la inicial y primaria que son fundamentales. Antofagasta es un caso crítico, con varios establecimientos en un estado calamitoso y con resultados paupérrimos.
Desde hace varios años la educación superior se ha convertido en el foco de los énfasis de sucesivos gobiernos, lo que ha permitido que cientos de miles de jóvenes accedan a estas alternativas, pero claramente en desmedro de otras instancias educativas.
El esfuerzo materializado por Chile en las universidades, centros de formación técnica e institutos es muy importante, pero no se condice con lo obrado en edades más tempranas.
El presupuesto total de educación para 2023 llega a casi $14,1 billones (+4,6%), de manera que el Mineduc) está a cargo del 19,9% del gasto público total proyectado por el gobierno, de acuerdo a datos de Libertad y Desarrollo. Aproximadamente, el 20% de los recursos tienen por foco a los estudiantes y planteles superiores.
Al mismo tiempo, es efectivo que sigue siendo un esfuerzo insuficiente, sobre todo con los sectores de menores ingresos. En 2020, por ejemplo, el gasto en educación superior realizado por el Estado y por las familias chilenas llegó a cerca de US$ 6.600 millones, lo que representa alrededor de 2,6% del PIB en este período, de acuerdo a datos OCDE.
Chile es uno de los países donde las familias deben aportar más para educar a sus hijos.
No obstante, la situación observada en la educación preescolar, primaria y secundaria es aún más deteriorada y preocupante. Lo que puede revisarse en varios establecimientos de nuestra región así lo dejan en claro.
Lo crítico de lo anterior es que es en edades más tempranas donde debemos hacer el mayor esfuerzo y, hasta ahora, esto no parece nada claro.