"En la oficina Pedro de Valdivia,
En estos instantes el sol, el viento y la chusca envuelven un amplio territorio del Norte Grande.
En la historia de la pampa existen muchos relatos que rescatan el vivir y las experiencias de los miles de chilenos y chilenas que hicieron Patria en pleno desierto de Atacama.
Este es el caso de una mujer valiente y empoderada. Ella fue responsable de la formación de generaciones de pedrinas y pedrinos que, hasta hoy en día, aún la recuerdan con admiración.
De acuerdo con sus propias palabras, ese es el mayor reconocimiento que una docente puede disfrutar.
"En mi vida he recibido muchos reconocimientos. Galvanos de diversas organizaciones y estamentos que ven en mi a una profesora que supo y sabe cómo entregar y compartir conocimientos y ejecuta muy bien su labor docente. Pero, sin desmerecer lo anterior, no existe mayor orgullo que aquel que la envuelve a una cuando se te acerca una persona y te agradece por todo lo que le enseñaste, como lo orientaste y como lo impulsas para sumarse al rescate del patrimonio e historia de nuestra querida pampa salitrera", expresó la mujer que hoy nos comparte su historia.
Para muchos, es un personaje emblemático de la oficina salitrera Pedro de Valdivia. Para otros, sumado a lo anterior, una mujer que llevó e impulsó la integración femenina en el deporte de la pampa.
Es así que cuando el nombre de Rosa Esquivel Marín se pronuncia y el orgullo de muchos pedrinos y pedrinas aflora. El pecho se expande y los buenos recuerdos afloran y afloran.
Fue el 2 de marzo de 1951, en la exoficina salitrera de Pedro de Valdivia, el día en el que Rosa Esquivel Marín llegó a este mundo.
Esta mujer menuda, pero con una energía y sabiduría altísima, es hija de Laura Griselda Marín y Manuel Esquivel Morales, ambos oriundos de la región de Coquimbo.
Rosa Esquivel es la sexta hija de un total de nueve hermanas.
Su padre, bendecido era entre todas las mujeres. Frase que cobró validez extrema al momento de la partida de su señora. Laura Marín dejo de existir en el plano terrenal tras enfermar y en corto periodo de tiempo su salud empeoró llegando al trágico desenlace.
Pero la vida de Rosa Esquivel es mucho más dulce que de agraz. Deportista de espíritu y gestora cultural de corazón, sumado a ser reconocida como la primera profesora de educación física de Pedro de Valdivia, e importante figura en la integración y participación de las mujeres en ramas deportivas ajenas al fútbol, el deporte rey y que predominaba en la pampa.
Hoy en día, a esta pampina de 'tomo y lomo' una actividad inagotable la mantiene con una energía única.
Así con más de 36 años de existencia, la agrupación cultural "Renacer Andino", creada y dirigida por ella, se ha transformado en uno de los referentes culturales de la principal riqueza de la pampa, su gente y sus tradiciones.
¿Qué la vincula a la pampa calichera?
-No existe otra respuesta distinta, aunque busque y busque, que no sea todo. Una, como en mi caso, al recordar esa etapa de mi vida imposible no decir todo. Absolutamente todo. En Pedro de Valdivia disfruté, viví y compartí la felicidad. La vida por aquellos años era muy, pero muy distinta a la actual. Por aquellos años las plazas era el punto de encuentro de la comunidad. Todos, absolutamente todos, tanto niños, jóvenes, lolos, adultos y abuelitos llegábamos a disfrutar y compartir en un ambiente sano y, por sobre todo enriquecedor. La confianza, lealtad y compañerismo del alto valor que se da a la amistad la comprendí y atesoré ahí.
¿Qué personaje recuerda con especial cariño?
-Sin pensarlo demasiado, al "Zapata". Un abuelito que era el encargado de barrer y mantener limpia las calles de Pedro de Valdivia. Era un ser humano tan lindo que a todos los niños nos enseñó mucho. El cariño y estima era honesto y recíproco. Recuerdo que él nos correteaba con su escoba en alto, Pero con cariño. Nos ensañaba y compartía con nosotros historias y consejos que hasta hoy en día valoramos y recordamos con emoción.
En la vida no se requiere contar con grandes y opulentos títulos universitarios para destacar. La calidad humana y el buen corazón está por sobre todo. Es así que nosotros, con mucha felicidad y alegría formábamos una ronda a su alrededor y saltando le demostramos el cariño y respeto qué sentíamos hacia él cantando "Zapata Zapata Zapata". Una muy linda persona.
¿Qué la enorgullece de vivir en una salitrera?
-Le cuento que desde hace más de 36 años formamos aquí, en la Villa Frei, la agrupación "Renacer Andino", donde hemos relevado y compartido en, absolutamente todos los rincones de nuestra región, la cultura pampina a través de la danza y la música. Me llena de orgullo y emociona hasta la médula saber que nuestra labor desinteresada rinde frutos y es considerada un valioso aporte. Pues, sin ningún interés económico de por medio, lo que nos impulsa a los niños, jóvenes y adultos quienes la integramos, es el rescate de nuestras tradiciones y que la comunidad lo valore es lo más gratificante. Esto no tiene precio.