El rey Carlos III del Reino Unido suspendió la asignación financiera que suministraba a su hermano Andrés, el duque de York, reveló Robert Hardman, especialista en la monarquía británica y autor del libro "Charles III: New King. New Court. The Inside Story (Carlos III: nuevo rey. Nueva corte. La historia íntima)", que será publicado en unos días. El jefe de Estado, que ascendió al trono en 2022, dejó de proporcionar a su hermano la subvención y también la seguridad de la casa donde vive, Royal Lodge, ubicada en los terrenos del castillo de Windsor, a las afueras de Londres), con 30 habitaciones.

El Palacio de Buckingham, residencia de la familia real británica, al cierre de esta edición aún no se ha pronunciaba sobre el libro de Hardman, texto del que ayer se publicaron algunos extractos en el diario local Daily Mail.

Según este libro, los responsables de las finanzas reales recibieron instrucciones de poner fin a la asignación de Andrés, por lo que ahora el príncipe tendrá que encontrar la manera de pagar el mantenimiento y la seguridad de Royal Lodge, edificio del siglo XIX.

El duque de York está apartado de las funciones de la monarquía tras el escándalo por su amistad con el productor de cine estadounidense Jeffrey Epstein, que se suicidó en 2019 en una cárcel de Estados Unidos, acusado de delitos de explotación sexual de menores.

En 2019, el príncipe concedió una entrevista a la BBC para hablar de esa amistad, luego de que los medios publicaron una serie de fotos de 2010, donde se veía al duque en la casa de Epstein en Nueva York, despidiéndose de una joven mientras ésta se marchaba.

Se espera que el volumen de Hardman llegue a las librerías británicas y Amazon el jueves 7 de noviembre.

Amelia Carvallo

Tras la final de "¿Ganar o Servir?" ayer comenzó "Palabra de honor ¿lealtad o traición?", el nuevo reality de Canal 13, animado por Sergio Lagos y Karla Constant.

La oficial Pía Arratia (42) pasó la mitad de su vida en el Ejército, antes de retirarse con el grado de mayor. Casada con un oficial en retiro de la Armada y con dos hijos, será la comandante Arratia la encargada de enrielar a los díscolos de esta academia militar.

"Nací en Valparaíso, soy la hermana mayor de tres, me siguen Camila y Carlos. Mi papá Álvaro lamentablemente falleció a los 67 años y mi mamá Elizabeth aún sigue con nosotros, manteniendo a nuestra familia unida como siempre lo habían hecho juntos. Me casé con Felipe Fuentes, oficial de la Armada en retiro, y tenemos a Vicente y Diego, de 16 y 12 años", cuenta esta militar en retiro.

-¿Cómo eras cuando niña?

-Súper tranquila, muy tímida y reservada. Realmente me gustaba realizar labores dentro del hogar, estar junto a mi papá o mi mamá y cuidar a mis hermanos. Siempre tuve un carácter determinado y era súper estricta con mis hermanos. Mi infancia fue tranquila, rodeada de amor y cariño. Fui la primera hija, una muy esperada y deseada por mis papás, quienes también estaban aprendiendo a ser padres.

-¿Cómo fueron tus primeras aproximaciones al mundo militar?

-Vengo básicamente de una dinastía militar: mis abuelos, mi papá, tíos, hermanos, primos, amigos, todos forman parte de alguna Fuerza Armada, entonces desde pequeña estuve en contacto con este mundo. Cuando crecí y tuve que elegir alguna profesión, lo militar era más cercano a lo que por tradición familiar podía escoger.

-¿Y no tuviste algún titubeo?

-Sí, me parecía muy atractivo obstetricia, era algo que quería estudiar, pero elegí postular a la Escuela Militar como un desafío personal: era probarme en algo que no estaba 100% segura que iba a resultar bien, pero todo fluyó. Mis principales pilares fueron mis papás, ellos me dieron fuerzas para continuar en mis momentos más débiles. Mirando hacia atrás, sin duda alguna no me arrepiento y es algo de lo que estoy muy contenta de haber hecho. Conocí gente maravillosa y tuve oportunidades y experiencias de vida inolvidables.

-Durante tu vida militar, ¿qué situaciones límites has vivido tanto en lo emocional como en lo físico, y cómo esas experiencias te han forjado?

-Son varias las experiencias que uno puede contar y cómo aquellas han marcado la vida. Sin duda alguna estar alejada de la familia en fechas importantes es doloroso, más aún cuando la mía es tan unida. Yo tenía hijos pequeños cuando debía estar lejos en Navidad o Año Nuevo y eso también los marcó a ellos. En cuanto a lo físico, es avanzar al siguiente nivel: uno se debe preparar para obtener buenos resultados tanto en lo físico como en lo académico, es por eso que esta carrera se vuelve tan exigente y completa.

-¿Cómo vas a ser como instructora en el reality? ¿Qué es lo que quieres lograr con los participantes?

-Lo primero es entender que esto no es la realidad exacta de cómo se hacen las cosas en el Ejército. Desde el primer minuto supe que el reality más bien es una narrativa que toma inspiración de lo militar y que debe entretener a los televidentes, por eso prefiero ser más comprensiva que una persona más dura e indiferente. Verán de mí el rol de una mujer que quiere instruir a los participantes, pero realmente a los que quieren someterse al juego y la narrativa. Esto para mí también es un trabajo y lo haré de la mejor manera posible, para que el canal y los espectadores queden satisfechos.

-¿Cómo harás para que te respeten y obedezcan?

-Creo en la educación, en que ellos entienden que esto es un trabajo y que todos estamos al servicio de que salga bien. La disciplina y el respeto es básicamente tener educación. Los espectadores verán aquellos que la poseen y aquellos que no, eso es lo que más me motiva, dejar en evidencia a quienes simplemente no tienen una formación basada en el respeto.

-Siempre se relaciona lo militar con lo físico, pero hay un área muy importante que es la inteligencia militar, la estrategia además es muy interesante ¿qué te parecen esas ramas? ¿Van a explorar algo así en el reality?

-Claro que sí, este es un reality de competencias, pero también de estrategia. Incluso yo poseo herramientas sorpresas para dar giros inesperados en la narrativa de los participantes. Lo interesante está ahí, con que nada es seguro para nadie y todo puede cambiar sorpresivamente en virtud de la competencia.