Menores de edad y jóvenes en calle alerta a las organizaciones de ayuda humanitaria
SOCIEDAD. Una contingencia social que podría ir en aumento como parte del alza en la población en esta condición.
El aumento sostenido de personas en situación de calle a lo largo del país también se evidencia a diario en distintos sectores de la ciudad de Antofagasta, incluso con menores de edad en esta condición. Una realidad que alerta a representantes de distintas organizaciones de ayuda humanitaria ante la mayor vulnerabilidad de este segmento de la población.
Leny Fuentes, coordinadora psicosocial de las organizaciones Onésimo y El Mesón del Buen Samaritano -dedicadas al apoyo de personas en situación de calle- advierte sobre el alto riesgo que implica pernoctar en espacios públicos. "La calle es sobrevivencia. Ellos, entonces, están más expuestos. Creo que también son reclutados por estas bandas criminales para cometer delitos y pagarles con droga, para que sigan con su consumo. Hay muchos casos así. Los utilizan incluso en prostitución, para robo. Esto va a seguir mientras no haya más mano dura con los traficantes", expresa.
Una amenaza que acecharía especialmente a menores de edad del sector norte de la ciudad que pertenecen a programas de protección del Estado, pero permanecen en la calle a diario, según agrega. "Si usted va al lado norte, hay muchos menores de 12, 13 y 14 años, que están (sic) 'encausados" por personas adultas, que los mandan a hacer cosas a cambio de pasta base. Son niños que están en calle, que están a cargo del programa Mejor Niñez, pero están en la calle a diario", detalla Fuentes.
Según datos del Ministerio de Desarrollo Social, hasta marzo pasado se registraba a nivel país 21.126 personas en situación de calle catastradas en el Registro Social de Hogares. Sin embargo, desde organizaciones sociales comentan que este catastro no incorpora a la totalidad de personas sin techo, que hoy se proyectan en unas 40 mil.
Hasta marzo pasado, en tanto, en la Región de Antofagasta, el Registro Social de Hogares reportaba 927 personas.
Según Fuentes, la falta de cupos en organizaciones del Estado para derivar a menores de edad en riesgo en consumo de drogas, y eventualmente con problemas psiquiátricos, agudiza las dificultades para su resguardo. "Es súper complicada la situación, porque Mejor Niñez desconoce y no accede a otro tipo de tratamientos privados y no generan tampoco la compra de servicios".
"Algunos pertenecen a este programa, pero entran y salen porque las puertas son abiertas. Generalmente los niños están afuera, están en la calle. Están en carpas viviendo por alrededor. Por ejemplo, hay algunos que están dentro de la Plaza Bicentenario. Hay otros que están subiendo por detrás de la escuela Los Arenales. Hay otros chicos que arrancaron de un hogar de menores, pero vienen de regiones. Incluso hay algunos que están con presunta desgracia, pero cuando ven a Carabineros se arrancan", precisa.
Estos menores de edad se suelen instalar, según detallan desde organizaciones de ayuda humanitaria, en calle Lima hacia el sector del borde cerro. También se instalan en sectores de obras aluvionales, donde emplean las tuberías para pernoctar y dormir. "Otro foco donde se juntan los menores es cerca del Liceo Los Arenales, al costado hay una plaza pequeña. Ahí se instalan los chicos con las carpas", detallan.
Menores migrantes
Andrea Cox, jefa social territorial de Hogar de Cristo en Antofagasta, describe que los casos de menores de edad en calle ocurren principalmente en caso de familias de migrantes que piden algún tipo de ayuda en la vía pública.
"Suele pasar que están con sus hijos, con sus familias. Esos niños debiesen estar en el jardín infantil o en el colegio, también que tengan su control sano. Que estén en la calle es altamente complejo, porque se está afectando y vulnerando el desarrollo de ese niño. Nosotros tenemos un programa de reinserción escolar acá en Antofagasta, donde nuestra búsqueda es que los niños y jóvenes no estén fuera del sistema escolar", detalla.
Cox, en tanto, sostiene que en caso de menores de edad el país cuenta con un sistema de protección sólido, que dista de los años 40 cuando el mismo Padre Hurtado acudía en ayuda de los menores en situación de calle. "Hoy Chile tiene un sistema que contribuye a que los niños no estén en la calle. Hay dispositivos, que incluyen la acción de Carabineros, los que al visualizar a un niño solo, en la calle, inmediatamente lo retiene y hace las gestiones para que el sistema de protección de especializada pueda luego derivarlo a alguna residencia".
Jóvenes en calle
Felipe Estay, director ejecutivo de la corporación Moviliza -entidad que busca prevenir y superar la situación de calle- advierte que la cantidad de jóvenes en calle puede incrementarse. "Hay una llave de entrada desde las mismas instituciones del Estado hacia la calle. Por ejemplo, cuando una persona cumple una pena en una prisión. Liberan a una persona a las 12 de la noche del día que cumple su condena. Pero ¿dónde se va esa persona? Si tiene un familiar lo van a buscar, si no, termina en la calle. Además personas, que en lenguaje médico son descargadas de los hospitales, ¿Dónde llegan? Usuarios de Mejor Niñez, ¿Dónde llegan? Hay una llave de paso que no logramos cerrar, porque están llegando cada vez más personas a la calle, desde instituciones del Estado, sin contar temas migratorios o la crisis económica".
"Hay un flujo desde instituciones como Mejor Niñez hacia la calle, porque esta regla mañosa de que cuando la persona cumple 18 años se cierra la puerta, salvo que estudie. Eso va a provocar que muchas más personas jóvenes lleguen a la calle y su forma de subsistir sean estos circuitos de microtráfico y violencia. Hay que focalizarse hoy en cómo prevenir esta situación. Hay un flujo que no estamos observando y yo creo que nos vamos a encontrar en los próximos años con más jóvenes en situación de calle".
"La situación en calle es hoy más compleja, porque se habla del delincuente y del indigente. La situación es más grave para los menores de edad".
Leny Fuentesta, Coord. Mesón Buen Samaritano
"La calle no es un lugar para un adulto y mucho menos para un niño. Observo que eso está pasando más que nada con las familias extranjeras".
Andrea Cox, Hogar de Cristo Antofagasta