Alejandro Ahumada R.

Luego de una semana de movilización estudiantil, y una crisis que golpea a al menos cuatro planteles universitarios del Cruch- una de las preguntas recurrentes en el conflicto que atraviesa la Universidad de Antofagasta apunta a conocer el origen y causas del actual déficit financiero del plantel.

Fuentes ligadas a la universidad apuntan a que en el presupuesto inicial del 2024 la administración del rector Marcos Cikutovic reconoció que para garantizar la operación regular de la universidad era necesidad de suplementar los ingresos a través de un crédito factoring que bordeaba los $28 mil millones de pesos.

Acuerdo de la junta

Según los antecedentes provistos, dicho proceso de endeudamiento por parte de la Universidad de Antofagasta requirió la autorización de la junta directiva, la que estableció las condiciones de contratación como el plazo de crédito, la tasa de interés, cantidad de cuotas, entre otras. Mediante el acuerdo N°1845, adoptado en la sesión extraordinaria N°226 del 17 de enero de este año, la junta directiva de la UA, acordó autorizar la contratación de uno o más empréstitos por la suma de hasta MM$28.646 destinado al financiamiento de capital de trabajo, remuneraciones, con excepción de incrementos remuneracionales, y refinanciamiento de pasivos.

El 21 de marzo la vicerrectoría económica (VRE) de la institución solicitó la aprobación de las bases administrativas y propuestas técnicas de la licitación pública "Endeudamiento Largo Plazo Universidad de Antofagasta 2024".

El acuerdo de la junta incluyó autorizar la constitución de hipotecas sobre inmuebles que incluyen al menos cinco sitios en el campus Coloso, los terrenos del campus Angamos N°601 y la sede del Centro de Carreras Técnicas (CFT) ubicada en Antonino Toro N°851.

Publicada el 16 de abril del 2024, la licitación tuvo una rápida tramitación. El 2 de mayo se produjo la apertura de las ofertas y luego de la constitución de la comisión evaluadora y del análisis de los antecedentes, el 15 de mayo, la VRE oficializó la adjudicación de la licitación al Banco de Crédito e Inversiones por M$10.000, el Banco Itaú MM$7.100 y Moneda Asset MM$11.546.

Fallida adjudicación

El 28 de junio, sin embargo, la UA dictó un nuevo decreto N°439 que dejó sin efecto la adjudicación anterior, esto a raíz que la comisión evaluadora determinó que la oferta Moneda Asset, no resultaba conveniente para los intereses de la universidad ya que establecía como condición para el financiamiento contar con garantía estatal, lo cual hizo inadmisible su oferta económica.

"Se propone adjudicar el llamado a licitación pública "Endeudamiento Largo Plazo Universidad Antofagasta 2024" al Banco de Crédito e Inversiones por la suma MM $10.000 y al Banco Itaú, por la suma de MM $7.100. Debido a lo anterior la UA se ve en la obligación de declarar la ofertas de los proponentes Moneda Asset, Banco Scotiabank y Banco Santander como inadmisibles y/o no convenientes", señala el decreto.

Cabe señalar además, que la universidad, se abstuvo de revelar la información relativa a las tasas de interés, los plazos de pago, y monto actual de la deuda consolidada, por encontrarse en negociación con la banca.

Plan de ajuste

La diferencia de casi $11 mil millones, afirman quienes conocen las negociaciones, generó una gran impacto en las operación de la universidad, especialmente en el segundo semestre.

La venta del 10% de la participación del Colegio Universitario Antonio Rendic al grupo Magisterio sería otra de las señales de la búsqueda de urgente financiamiento del plantel estatal. A ello se suma el exigente plan de monitoreo que instruyó la Superintendencia de Educación Superior, lo que determinó un exigente plan de contención de costos y ajustes. Y una crisis que no parece aplacarse.

Tres instituciones jerarquizadas sobreviven desde los inicios del segundo milenio, la Universidad, la Iglesia y el Ejército. Los orígenes reconocidos en 1.150 de la Universidad de París marcan su nacimiento que conoce múltiples modelos y hasta ahora constituye la institución legitimada en el traspaso y generación de conocimiento avanzado en la sociedad.

Entre los múltiples modelos algunos como el de Humboldt de Berlín, ha devenido paradigma para la gran mayoría de las universidades occidentales quienes vieron un estándar a seguir.

Chile por supuesto se sumo a esta tendencia. En el año 1981, mayo para ser más preciso, la ola privatizadora incluyó una profunda modificación al modelo universitario que significó crear un sistema que junto con crear las universidades privadas dejó a las estatales sumidas a su mínima expresión, uniendo modelos distintos de universidad con ethos y trayectorias diversas en universidades por región; la Universidad de Antofagasta como fusión de las sedes de la UTE y la U. de Chile.

Así este nuevo sistema de educación superior posee universidades estatales, obligadas a moverse en el privado mundo del mercado en el que nunca ha podido navegar con soltura, y por otro lado, universidades privadas que, salvo contadas excepciones, navegan con exceso de soltura en un mercado que es laxo en el control y deja, como siempre, a los clientes en la indefensión.

Universidades que, estratégicamente, han tenido que elegir gerentes, que aún llaman rectores, solo por costumbre, para manejar presupuestos menguados que deben ser subsidiados por los gobiernos regionales, que crean los llamados concursos de investigación, que no son más que subsidios que ayudan a sostener alicaídas arcas, recursos a los cuales las privadas también quieren acceder.

Las crisis no serán resueltas mientras el sistema no se sincere, y éste no se sincerará mientras no haya una fuerza política que lo impulse.

Curiosamente el sector que podría haberlo hecho hoy en el gobierno solo contempla como el sistema se derrumba día a día.