Correo
Permisología
Pongámonos serios: la permisología no la van a arreglar los permisólogos que aseguran estar trabajando en eso. Basta mirar el organigrama de ciertos organismos para saber que por ahí no pasará nunca el crecimiento acelerado del país. Un ejemplo: el llamado Consejo de Monumentos Nacionales. Por si eso fuera poco, ahora se descubrió que también tiene que haber consulta indígena por el Convenio 169. Bueno, ahora todo es ancestral hasta que no se demuestre lo contrario.
Entre permisología y ancestralidad estamos liquidados. ¿Por qué Nueva Zelanda no ratificó el Convenio 169 y ellos sí pueden relacionarse directamente, como mejor les parezca, con los maoríes sin estar amarrados a un acuerdo que dilata eternamente el avance del país?
¿Quién se equivocó al proponer que firmáramos el 169 y quiénes lo firmaron alegremente? ¿Por qué hay tantos y tan importantes países que sencillamente no lo firmaron? Mejor ni preguntar.
José Luis Hernández Vidal
Desigualdad Laboral
Según el informe del INE, aunque la reciente disminución de la desocupación al 8,6% es un dato positivo, no debe distraernos del aumento de la desocupación femenina, que alcanzó el 9,3%. Este panorama evidencia que ciertas regulaciones legislativas podrían estar generando barreras que dificultan la participación de las mujeres en el mercado laboral.
Normas como las licencias de maternidad o cargas adicionales para los empleadores, aunque bien intencionadas, pueden desincentivar la contratación femenina, agravando las desigualdades. Es fundamental avanzar hacia una regulación que combine flexibilidad laboral con incentivos para fomentar la participación femenina y la inversión privada. Sólo así lograremos un mercado más inclusivo y dinámico.
Gabriela Velásquez Figueroa
Alarmante realidad
Los resultados del informe "Un vistazo a la Educación 2024" de la OCDE, ponen de manifiesto una serie de desafíos para Chile. Uno de los más relevantes es la inversión pública existente en la primera infancia, la que entre 2015 y 2021 cayó en un 21%, diametralmente opuesta al promedio de los países OCDE, que muestran un crecimiento de un 9% en el mismo período. Esta realidad es alarmante, dado que la educación infantil es trascendental para el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños.
Chile invierte el 5,9% de su PIB en Educación por encima del promedio OCDE (4,9%); sin embargo, la distribución de estos recursos no es equitativa. Mientras en Chile el gasto por estudiante de educación primaria asciende a US$6.347, en los países de la OCDE llega a US$14.209.
En paralelo, el número de estudiantes por profesor en Chile es más alto que el promedio de la OCDE: 18 versus 14. La situación es similar en la educación secundaria, con 19 estudiantes por profesor en Chile, frente a 13 en los países OCDE. A esto se suma que el maestro chileno está obligado por contrato a enseñar 1.006 horas por año, cifra muy superior a la media de la OCDE (706 horas/año), lo que trae consecuencias en la calidad de la enseñanza, limitando la capacidad de los profesores para atender adecuadamente a cada estudiante.
Dado este escenario, es urgente que Chile reforme su sistema educativo, para que el día de mañana podamos concluir que "tanto la calidad de un sistema educativo como la calidad de los docentes son directamente proporcionales".
Alexis Lizana Verdugo
Síndrome de burnout
El síndrome de burnout puede ser entendido como un estrés laboral caracterizado por el agotamiento mental, físico o emocional de un individuo.
En muchos casos se manifiesta como desmotivación laboral, lo que genera estar evaluando constantemente el hecho de cambiar de empleo. Por otro lado, puede reflejarse en cambios de conducta, menor interés en participar en las actividades de la empresa o incluso en problemas de salud. Y como tercer punto está el cansancio físico en los trabajadores, que se demuestra en muchos casos en actitudes del día a día.
Los factores más importantes que inciden en el burnout son, principalmente, trabajar en una empresa con un mal clima laboral (tener mala jefatura, malos tratos o, simplemente, poca comunicación entre pares), ver que el sueldo no alcanza a cubrir los gastos o llegar a fin de mes muy justo (poca posibilidad incluso de ahorrar) y, en tercer lugar, observar que no hay proyección de crecimiento laboral o económico en la empresa.
No hay que olvidar que los colaboradores desmotivados afectan negativamente la productividad de una empresa y hay costos indirectos. Por todo esto, el síndrome de burnout debe ser tomado en serio y tratado a tiempo por las compañías como una verdadera alerta, para así proteger la salud de los trabajadores, su bienestar y productividad.
Francisco González