Debate pensiones
La aparición de un competidor estatal genera obvias suspicacias y no queda tan claro que vendrá a corregir el problema de fondo: los bajos montos entregados. El sistema requiere de mayor competencia, es cierto, pero por sobre todo, de intervenir el mercado del trabajo. Mejorarlo.
En medio del debate por la reforma previsional, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, confirmó que el Gobierno presentará en marzo un proyecto para crear un inversor estatal que compita con las AFP.
Se trata de una medida sorpresiva, pero coherente con lo que ideológicamente cree el gobierno: que las Administradoras de Fondos de Pensiones son uno de los grandes responsables de las bajas pensiones.
El anuncio de la ministra se dio en momentos en que se había consensuado una salida con la oposición, lo que generó ruido político. Si bien, la reforma mantiene el sistema de AFP -aunque persiste el mensaje contra la industria por parte del Ejecutivo y un sector del oficialismo-; se preserva el principio de que los fondos de pensiones pertenecen a los trabajadores, lo que incluye 4,5 puntos extras directos a sus cuentas; un 1,5% como préstamo al Estado para mejorar las pensiones actuales; y un 2,5% para dos mecanismos.
Es precisamente el porcentaje de 1,5% (préstamo al Estado para financiar el beneficio de 0,1 UF por año cotizado a actuales pensionados) el que ha concentrado críticas de algunos políticos, expertos y gremios empresariales: el 4% que manejaría el Estado.
La actual discusión es técnica, pero profundamente ideológica.
Habrá que entender las posiciones en pugna (por ejemplo, respecto a la propiedad de los fondos o el reparto) como una muestra expresa de las visiones casi antagónicas entre la derecha y la izquierda.
Se trata de dos visiones de mundo muy diferentes, que es lo que suele estar en pugna.
La solución -entendida como la acción de lo posible- pasa por diálogo, pero por sobre todo, por entender los desafíos de una sociedad que vive más años, que incrementa sus gastos y que ha consolidado un mercado de capitales que no puede mirarse tan simplonamente. El intenso debate debe ser muy observado.