Datos del Censo 2025
Contar con datos precisos es fundamental para entender las dinámicas sociales del país y la región, desde la cual se desprenderán las políticas públicas. Si el crecimiento es menor al esperado, mientras ha aumentado la población flotante, parece evidente que nuestras ciudades tienen un problema para atraer y consolidar población.
Los resultados del Censo de Población y Vivienda 2024 han generado sorpresa y debate en la Región de Antofagasta. Los datos oficiales revelan un crecimiento del 4,59 % en comparación con el censo de 2017, alcanzando las 635.416 personas. Si bien hay crecimiento, muchos esperaban cifras más abultadas debido al impacto de la migración.
El contraste entre la percepción ciudadana y los resultados censales se explica en parte por la metodología utilizada: el censo solo considera a las personas con residencia habitual en la región, dejando fuera a la población flotante. Esto podría generar una discrepancia con la realidad que se observa en servicios básicos como salud y educación, donde la demanda ha crecido notoriamente.
El fenómeno migratorio también ha influido en otro aspecto clave: el envejecimiento de la población. A nivel nacional, la tasa de natalidad ha disminuido, lo que ha llevado al envejecimiento de la sociedad. Sin embargo, en Antofagasta este proceso ha sido más lento debido a la llegada de población joven en busca de oportunidades laborales.
A pesar de estos datos, persisten interrogantes sobre la capacidad de las políticas públicas para responder a las necesidades de la población. El alcalde de Mejillones, por ejemplo, cuestiona si realmente se logró censar a todas las personas que residen en la región, dado el crecimiento de los asentamientos informales. La Cámara de Comercio de Antofagasta también expresa dudas, obviamente legítimas y razonables.
Es fundamental entender que el principal estudio realizado en la región determina las políticas públicas, de modo que un trabajo erróneo o parcial puede perjudicar enormemente al territorio.
Por otro lado, si los números fueran correctos, nos obliga a abordar nuestras ciudades de otra manera, con desafíos muy diferentes, tanto respecto del presente como del futuro.