Llega al cine "Los años salvajes", el retrato de la bohemia de Valparaíso
ESTRENO. El filme del director Andrés Nazarala, que se estrena este jueves, es protagonizado por Daniel Antivilo y José Soza.
Amelia Carvallo
Este jueves 10 de abril el cine nacional se hace presente en salas de todo el país con el segundo largometraje de Andrés Nazarala, escritor y cineasta porteño, nacido en el Hospital Naval y criado cerca del Paseo Yugoslavo.
Criatura del puerto y su noche -Ricardo Palacios, también conocido como Ricky Palace- subsiste a medio morir saltando, cantando sus viejos hits de la Nueva Ola ante los pocos parroquianos de un bar a punto de cerrar.
Daniel Antivilo personifica al músico y José Soza el amigo dueño del bar que pronto bajará sus cortinas.
De pronto, un periodista desagradable que trabaja en el diario local da por muerto a Palace en una breve nota. Este error desata la furia del cantante, la que llega al máximo cuando un viejo colega y amigo, el exitoso Tommy Wolff que interpreta Alejandro Goic, recala en la ciudad con un nuevo éxito musical que es un desvergonzado robo a Ricky.
"El punto de partida de esta película fue como en el año 2000. Estaba en la boite Hollywood, ahí en Chacabuco cerca de El Cardonal, en una fiesta o viendo alguna banda, y de pronto vi una galería de fotos del pasado del local. Me acuerdo que estaba el Pollo Fuentes cantando ante un público como glamoroso, con mujeres con abrigo de piel, todos fumando. Y me acuerdo particularmente de una foto de un grupo que se llamaba Las Satánicas, que después descubrí que era un grupo de rock and roll de mujeres de Checoslovaquia que pasaron por ahí", rememora el director.
Nazarala cuenta que para contrapesar su punto de vista se alió con la escritora argentina Paula Boente al momento de escribir el guión. "Yo estoy demasiado cerca de Valparaíso, así que su distancia ayudó a no dar por hechas cosas que uno como porteño da por hechas".
¿Siempre tuviste a Daniel Antivilo como el protagonista?
-Sí, me gusta mucho Daniel, me gusta mucho la crudeza que da en el cine, pero me pasaba que siempre lo veía un poco encasillado en papeles de malo. Daniel se fue a vivir a Valparaíso justo un poco antes del rodaje y allí lo conocí, y la verdad que me reveló una faceta que es la dulzura que él tiene. Él es un tipo muy entrañable, muy dulce, muy atento a los detalles y al mismo tiempo intimidante, me gusta mucho esa ambigüedad. Porque Ricky es un choro del puerto.
Fue en el invierno de 2022, y tras dos docenas de intensas jornadas que filmaron, vino un largo proceso de montaje, un momento que a Nazarala le parece fundamental porque cree que es ahí donde los filmes se construyen. Cuenta que quiso que la película funcionara como una novela, que tuviera un ritmo episódico. Sobre el retrato que da del puerto dice que le molesta la ambivalencia que ronda a quienes hablan de Valparaíso.
"Me molesta la condena que se hace de Valparaíso, pero por otro lado me molesta también el elogio turístico, el porteñismo, como que todo es una maravilla. Es una ciudad que amo, le tengo mucho cariño y soy super consciente de sus sombras y sus cosas buenas, es como con las personas, uno las quiere con sus defectos, es un lugar que quiero mucho y del que nunca pude escapar", reflexiona.
"No quería caer en esa cosa marquetera de Valparaíso, quería tener mi propio Valparaíso, igual marcado por las historias sesenteras que me contaba mi papá, Valparaíso fue la puerta de entrada del rock and roll a Chile", afirma el director.
Hablando de eso, cómo es la banda sonora de Sebastián Orellana
-Yo soy un gran admirador suyo desde la Big Rabia, la banda que tuvo. Es muy joven, vive en España ahora y tiene una carrera impresionante. Cuando escuché la Big Rabia en vivo en Santiago, hace muchos años, sabía que si alguna vez hacía esta película tenía que musicalizarla él y entendió muy bien qué música tenía que ser, una música que remite al pasado, pero también tiene una frescura como presente.
Underground porteño
El actor Daniel Antivilo cuenta que nació en el barrio Manuel Rodríguez en el centro de Santiago y que ha vivido en Puente Alto, Peñalolén y ahora último en Valparaíso, primero en el cerro Ramaditas, luego en el Plan, detrás del Congreso. "Mi residencia en Valparaíso ha estado marcada por la construcción de mi familia y la crianza. Los primeros meses conocí un poco del Valparaíso nocturno. Me parece una ciudad muy especial por su arquitectura y por la gente. Hay mar y me gusta la gente, tienen su carácter, hay músicos y muchos artistas, pero es peligrosa la ciudad también porque te puede atrapar y te lleva y puedes resultar herido.
¿Cómo fue el trabajo con este personaje?
-Bien, estuve muy a gusto bajo la dirección de Andrés que es un excelente director de actores. Él ya tenía esta historia que es tan humana y le dio mucho sentido a mi oficio como actor, me gustó mucho estar ahí. Por lo que me dijo Andrés, este personaje nace de una admiración que él siente por el Negro Farías, el cantante. Desde ahí empezó a construir la historia de estos músicos que no alcanzan el éxito pero que son populares en su ciudad. Este personaje tiene un poco de mí, le presto toda mi experiencia y mi cuerpo.