Correo
Terror en el fútbol
Lo que estaba llamado a convertirse en una fiesta del fútbol terminó en una tragedia: dos jóvenes perdieron la vida en un hecho que vuelve a poner en el centro del debate la violencia en el fútbol (estadios y otros espacios como locomoción pública, barrios alrededor de los recintos deportivos, etc.) y la incapacidad del sistema para prevenirla.
Chile vive desde hace años una peligrosa normalización de la violencia. Esta no solo se ha extendido por diversos espacios sociales, sino que también fue justificada por ciertos sectores políticos. La idea de que manifestarse por medio de la violencia puede tener algún grado de legitimidad ha potenciado (aunque vienen desde hace años) la ocurrencia de fenómenos como el que hoy lamentamos.
Días antes del partido entre Colo Colo y Fortaleza, barristas de la Garra Blanca anunciaban en redes sociales su intención de ingresar al estadio por la fuerza, sin entradas ni control. La advertencia era pública. Aun así, ni el club organizador ni la autoridad administrativa fueron capaces de anticipar lo que terminó por desbordarse en caos y muerte.
Las barras bravas, y en particular la Garra Blanca, han demostrado una y otra vez su desprecio por la institucionalidad y las normas. Sin embargo, su poder y presencia siguen intactos, en gran parte gracias a la permisividad -cuando no complicidad- de algunos clubes y la inacción del Estado. Esta tragedia evidencia lo que se ha denunciado hace años: la institucionalidad ha sido completamente incapaz de hacer frente al fenómeno de la violencia en el fútbol.
Ni el programa Estadio Seguro, ni los clubes que prefieren mirar hacia otro lado, han adoptado medidas reales y sostenidas para enfrentar esta amenaza. Es momento de asumir responsabilidades. La tragedia de ayer debe marcar el fin de la inoperancia y el inicio de una etapa de compromiso con medidas concretas para erradicar la irracionalidad violenta que cada día se adueña más del fútbol chileno.
Existen propuestas. Desde la implementación efectiva de un registro nacional de hinchas, el uso del sistema de abonos, el regreso de la fuerza pública a los estadios, la calificación de las barras bravas como asociaciones ilícitas, hasta la aplicación de severas sanciones a los clubes que subsidien o toleren a estas organizaciones, pero no la real voluntad de aplicarlas.Lo ocurrido dentro del estadio no fue un hecho aislado. Es el resultado directo de una violencia estructural que se ha incubado durante años y que hoy cobra vidas. El fútbol debe volver a ser una fiesta. Pero eso solo será posible si enfrentamos esta realidad con la seriedad, el coraje y la voluntad política que hasta ahora han brillado por su ausencia. Sin perjuicio de lo anterior, se espera que el Ministerio Público lleve a cabo una investigación robusta que permitan aclarar los hechos y hacer efectivas las responsabilidades que correspondan.
Jorge Astudillo
Responsabilidad
Las palabras de "aliento" del Presidente Gabriel Boric hacia la exsenadora Isabel Allende parecen, más que una muestra de respeto o empatía, una forma burda de meter el dedo en la llaga. Un intento forzado de corrección que llega tarde y que carece de sinceridad cuando es el propio Mandatario quien la empujó, sin mayor contemplación, a una salida tan deshonrosa como indigna.
Resulta increíble que, por un capricho más -de esos que el Presidente ha transformado en una forma habitual de gobernar-, se haya prescindido de una figura histórica de su propio sector con una frialdad que sorprende incluso a sus cercanos. Si quedaba algo de respeto institucional, incluso hacia los suyos, hoy parece diluirse rápidamente bajo su conducción errática.
Y así, el apellido Allende recibe una nueva mancha en el historial. Sin embargo, una mancha que no proviene de adversarios políticos ni de voces externas, sino desde su propia trinchera. Lo más grave: con la firma y el sello de Gabriel Boric.
Rodrigo Salinas Rojas
Funcionamiento institucional
El Tribunal Constitucional actuó en cumplimiento de la Constitución Política de Chile y dictaminó la destitución de la senadora Isabel Allende Bussi.
Hoy recordamos las palabras de un expresidente, quien dijo que hay que dejar que las instituciones funcionen. Es de esperar que este sea un buen inicio para confiar en ellas.
Leopoldo Medina L.
Uso del celular
Esperando que tenga un buen día, le quisiera comunicar sobre las molestias del uso del celular ya que llegan mensajes constantemente en horario de clases, que vienen por partes del estudiante del mismo salón.
El problema de esto es que distrae a compañeros que están realizando alguna tarea que si están prestando atención en la clase y además de eso genera distracción y ansiedad en algunos compañeros en algunos casos, hay más riesgo de que les quiten el celular que se los devuelvan en la próxima semana solo por querer de tratar de responder los mensajes y además de eso puede provocar que les vaya mal en las evaluaciones o trabajos que tengan que realizar por no prestar atención a la clase.
Me encantaría encontrar alguna manera de que no pasara eso en ninguna clase, porque aunque digan que no está permitido el uso de celulares los estudiantes igual lo siguen utilizando.
Dafne Maldonado