14 de abril: Trabajemos por América
Hay un día en que América detiene sus pasiones, juntándose los pueblos en esta sola pasión: la de mirarnos, hondamente, reconociéndonos, hermanos en entraña en fuerza y en fuego. Es el 14 de abril. En este de 1981, América vive estremecida por innumerables preocupaciones de sangre y a los que la amamos, por nuestra, por grande y por pura, nos preocupa cómo sembrar, lúcidamente, con provecho para todos, el bien de la paz, la buena paz, que nos permita alzar frentes y manos hacia una mañana de alegre unidad decisiva.
Para los bolivarianos, la tarea que nos desvela es esta sola. Constituimos una milicia entusiasta y leal que se alboroza por su compromiso de Unidad Americana, seguros que, así forjaremos lo que fue sueño en Bolívar y deberá convertirse en realidad: realidad por la obra de todos los americanos, que entienden que no es ni el odio ni el resentimiento lo que nos conviene, sino el amor creador.
La Sociedad Bolivariana, aunque parezca majadera en su esperanza, no declina su prédica porque cada uno de sus componentes comprende que, únicamente, por el abrazo que nos junte, le brindaremos solidez al porvenir de estos pueblos de Colón, despojados de ambiciones y no cegado por las soberbias.
El Día de las Américas es de los americanos que nos enorgullecemos de serlo. Por tan urgente razón de conciencia, bregamos porque estas 24 horas24 horas del mundo, sean 24 horas de América vividas, intensamente, en el menester de achicar distancias y ahondar sentimientos: 24 horas de Bolívar que nos ennoblecen en una auténtica hermandad, que nos confundan para siempre en la custodia y el progreso de estas patrias.
Las filas del bolivarianismo se fortalecen cada día y, en Antofagasta , han pedido espacio para su fe americana, cuatro miembros prominentes de la Justicia: Andrés Díaz Cruzat, Presidente de la Corte de Apelaciones; General de Carabineros Héctor Inzulza; señora Helvetia Castrillón y Sergio Mery, Ministros de la Corte de Apelaciones, demostrando que no ignoran que el brazo de la Paz es la Justicia y desean servirla más aún, procurando que nada turbe el equilibrio de amor que nos debemos.
José Martí, el primer bolivariano, hablaba, continuamente, de su "deber mayor", fijándolo en la libertad de "su Cuba", en primer término, para, luego, situarlo en la atención de América. El "deber mayor" de todos los americanos debe repetirlo: que cada Patria nuestra sea libre y sana, para que América entera disfrute de su plenitud, viva en su democracia y serena en sus latidos. Los bolivarianos no aspiran a otro honor que el de servir tan alto intento.
Nota de la Redacción. El día de las Américas se estableció en 1931.
Andrés Sabella. 15 de abril de 1981